LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN EGIPTO

MASTABA de HEMAKA en SAQQARA

Según toda evidencia, el reinado de Hor Udimu fue el más fructífero de la Primera Dinastía, marcando un remarcable progreso, no sólo en la arquitectura funeraria, sino en el propio Estado faraónico. La tumba fue descubierta por C. Firth y terminada de excavar por W. B. Emery, quien reasumió las tareas de excavación y la publicó en 1938.
La tumba es muy grande, mide 57,30 x 26 mts. Tiene una cámara funeraria central de 9,50 x 4,90 mts, con el suelo excavado hasta 9 mts de profundidad. Esta cámara está rodeada por tres más, excavadas separadamente en la roca madre que son accesibles por medio de pequeñas puertas en las partes norte y sur del lado oeste de la cámara funeraria.
La infraestructura es accesible mediante una escalera descendente que está ubicada a 9 mts al este de la superestructura y conduce directamente a la cámara funeraria. Es evidente que el cadáver del rey y su ajuar funerario fueron bajados desde el techo y luego se construyó la superestructura. Este pasaje fue sellado a intervalos con bloques pétreos. El pasaje y la escalera se sellaron con cascotes y material de desecho, para luego ser tapiado con una techumbre de ladrillos de adobe.
La superestructura tenía cuarenta y cinco almacenes, algunos de los cuales fueron hallados en excelentes condiciones de conservación, lo que permitió recuperar una enorme cantidad de objetos del ajuar funerario: vasijas de alabastro, esquisto y cristal, incluyendo un bol fragmentado en forma de pluma de avestruz; herramientas, armas y juegos de mesa, incluyendo grandes discos de juego hechos de piedra dura y engarzados con aplicaciones de motivos animales y otros; un ostracón pintado con un toro (¿Apis?) y un mono (¿Thot? o ¿"El Gran Blanco", una forma de Thot?); fragmentos de cajas de madera; bolsas y textiles diversos; fragmentos de marfil de la pata de un toro, y cerca de quinientas puntas de flecha de cinco tipos diferentes.
El propietario del sepulcro parece ser el visir Hemaka, cuyo nombre aparece en varias tablillas de madera y marfil, así como en las improntas de abundantes cilindro-sellos que con sus títulos y nombre. Estos objetos y los citados constituyen la colección de piezas arcaicas más grande que se haya encontrado hasta ahora. En tanto los platos y vasijas son elementos utilitarios de uso diario, el resto de los materiales revela la gran ingeniosidad de los artesanos y su adelantada tecnología, en comparación con anteriores muestras de sus habilidades. Es más, el hallazgo de dos papiros sin escribir son tomados como una muestra del avanzado estado de la manufactura del papel en tiempos tan tempranos.