LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN EGIPTO

PIRÁMIDE de SEKHEMKHET en SAQQARA

Sekhemkhet (Djeserty) fue el sucesor de Djoser, cuya pirámide escalonada de Saqqara es bien conocida. Sekhemkhet gobernó durante sólo 6 años, y su pirámide, que pudo haber sido más grande que la de Djoser, nunca superó el nivel del suelo. Por esta razón se la conoce como la "pirámide enterrada", ubicada al suroeste del complejo de Unas.

La estructura de Sekhemkhet era desconocida hasta que fue excavada en la década de 1950 por Zakaria Goneim, un arqueólogo egipcio que se había interesado en la misteriosa forma rectangular en el desierto mientras se encontraba excavando en el complejo de Unas. Se descubrió por primera vez una sección de muro de piedra caliza blanca (el muro perimetral mide aproximadamente 500 m por 185 m). El muro había sido ampliado posteriormente en los lados Norte y Sur, tenía nichos y falsas puertas similares al de la pirámide de Djoser, y está muy bien conservado. También se encontró, en un bloque del muro, una inscripción de albañil en tinta roja que incluye el nombre de Imhotep, el arquitecto de Djoser.

Poco se sabe realmente acerca de la pirámide, aunque los arqueólogos sugieren que según el tamaño de la base cuadrada probablemente habría sido más alta que la del monumento de Djoser, y que pudo haber tenido 7 escalones en vez de 6.

La siguiente etapa en las investigaciones de Goneim revelaron una zanja excavada en la roca en la parte Norte del recinto, que fue bloqueada con albañilería. La entrada conducía a un corredor, que termina en una cámara funeraria, a la derecha del centro de la pirámide, y a 30 metros bajo tierra. El nombre de Sekhemkhet, que indica la identidad del propietario de la pirámide, se encuentra en las impresiones de sellos de los recipientes en el corredor. Parece que se hicieron muchos avances en la subestructura del monumento. Un corredor en forma de U se abre desde el corredor descendente a otras galerías sin terminar alrededor de la cámara funeraria y el corredor se vio interrumpido por un pozo vertical similar al pozo de la estructura de Djoser.

Goneim encontró un gran número y variedad de objetos durante la limpieza de los escombros, incluyendo huesos de animales, papiros demóticos (de períodos posteriores) y un gran tesoro de vasos de piedra de la Dinastía III similar a las "herencias" de Djoser. La mayor sorpresa de la excavación fue al ver el primer destello del oro, el contenido de un ataúd podrido de madera que contenía un depósito funerario presuntamente intacto de 21 brazaletes de oro, una caja de oro de cosméticos con bisagras en forma de concha, pinzas de electro y una aguja, y mucho oro, cornalina y cuentas de fayenza. Las jarras selladas tenían inscrito el nombre de Sekhemkhet, como también lo tenía una etiqueta de marfil con una lista de ropa de lino. Goneim estaba convencido de que había encontrado un enterramiento intacto que había escapado de los ladrones de tumbas, y hubo un gran entusiasmo entre los funcionarios del Estado y la prensa. Este es uno de los tesoros más antiguos encontrados en Egipto.

Continuando con las excavaciones Goneim finalmente llegó a la cámara funeraria, que estaba bloqueada por un muro de mampostería de piedra. Dentro de la cámara, de pared rústica y sin decorar, había un sarcófago de alabastro altamente pulido (aún in situ) tallado en una sola pieza de piedra y únicamente bloqueado en un extremo con una piedra plana deslizante enyesada en su posición. El sarcófago fue abierto el 26 de junio 1954 con gran ceremonia, pero para gran decepción del arqueólogo y de la multitud estaba vacío.

El sensacional descubrimiento de Zakaria Goneim de la "pirámide enterrada", con su tesoro escondido, terminó en tragedia con su suicidio, cuando se encontraba en la cima de su carrera, en 1959.

En 1963, Jean-Philippe Lauer abordó la excavación del monumento de Sekhemkhet mediante la investigación de la posibilidad de una tumba al Sur, una característica que había encontrado en el lado Sur de la pirámide escalonada de Djoser. También quiso reconstruir un plano de la pirámide enterrada para tratar de resolver el misterio de la momia desaparecida. Lauer descubrió los cimientos de la Tumba del Sur debajo de una mastaba destruida. En un corredor al fondo de un pozo profundo, encontró restos de un ataúd de madera que contenía los huesos de un niño de dos años (un príncipe?) con algunos vasos de la Dinastía III y fragmentos de pan de oro. La cámara funeraria había sido saqueada por los ladrones. Lauer probó la teoría de Goneim de que el muro de cerramiento del complejo se había ampliado.