El-Kab o Nekheb se encuentra al otro lado del Nilo frente a la antigua ciudad de Nekhen, o Hieracómpolis para los griegos, a 90 km. al sur de Tebas. La antigua ciudad de Nekheb llamada Eleithyiaspolis en la época clásica, se compone de monumentos que abarcan períodos de la historia egipcia del predinástico hasta el ptolemaico. El-Kab, y su sitio hermano de Hieracómpolis, fueron el hogar de Nekbet, la diosa buitre del Alto Egipto.
Lo primero que se divisa son las enormes paredes de adobe del recinto de la ciudad de 12m de espesor, que todavía contienen en su interior las ruinas de los templos, cementerios y un lago sagrado. El templo central es el más antiguo de los restos, cuyo origen posiblemente data del Período Protodinástico. De los dos templos en ruinas que componen el conjunto, el templo de Thoth fue iniciado por Amenhotep II en la Dinastía XVIII y ampliado más tarde por los reyes del Imperio Nuevo. El otro monumento contiguo es un gran templo de Nekhbet construido durante el Período Tardío, en parte se superpone con el templo más antiguo y muchos bloques de los Imperios Medio y Nuevo han sido reutilizados. Es difícil hacer el plano de los monumentos de la ciudad porque el interior del recinto creció mucho y de forma confusa, pero pueden verse todavía los restos de un mammissi y de un pequeño templo romano. Una característica interesante es el sistema de drenaje que se puede ver en la parte delantera del segundo pilono del templo de Nekhbet.
A poca distancia, al otro lado de la carretera, hay varias tumbas excavadas en la roca en una terraza del acantilado de entrada al Wadi Hellal. Estos son los lugares de enterramiento de las autoridades de la región durante el Imperio Nuevo. El estilo de principios del Imperio Nuevo con pinturas murales es similar a las tumbas de los nobles de la misma época en Tebas. Al final de la Dinastía XVII y comienzo de la Dinastía XVIII destacaron dos importantes familias de esta zona:
Ahmose, hijo de Ebana, que comenzó como soldado bajo Seqenenre-Taa (II) y luchó en la guerra contra los Hicsos; su tumba contiene algunas inscripciones muy importantes que proporcionan una valiosa información sobre ese período de tiempo. Ahmose se convertiría en Almirante de la marina y luego ocupó varios puestos en el gobierno. Su yerno Atefrura y su nieto Paheri serían tutores de los príncipes de su época.
Ahmose llamado Pennekhbet comenzó su carrera un poco más tarde que su tocayo. Se convirtió en General del ejército y con el tiempo sirvió en el gobierno. También fue nombrado, a una edad más avanzada, tutor de la princesa real Neferure, hija de la reina faraón Hatshepsut. Probablemente fue el padre de la reina Satiah, primera gran esposa de Tutmosis III.
Al oeste de las tumbas de los nobles y mastabas del Imperio Antiguo de Kiamen y Nefershemem, de la Dinastía IV, están las ruinas de un templo construido por Tutmosis III
Adentrándose por la carretera del Wadi Hellal, a cuatro kilómetros al este hacia el desierto, hay un templo Ptolemaico en la roca dedicado a Seshmetet. Justo al sudeste, más arriba en la colina, hay un templo de Nekhbet que consta de dos salas con columnas Hathoricas y un Santuario excavado en la roca. Fue construido por Ramsés II, restaurado por Ptolomeo VIII-X y tiene una estela de Ramsés II tallada en la fachada. Los relieves del interior del templo no están bien conservados, pero las escaleras que conducen a él y el patio han sido restaurados recientemente. Al volver hacia la carretera hay una estructura llamada localmente el-Hammam (baño), una capilla de una única sala cuadrada dedicados a los dioses locales y a Ramsés II divinizado por su virrey de Nubia, Setau (una persona diferente al propietario de la tumba de EK4)
Un poco más adelante se encuentra un pequeño templo dedicado a Hathor y Nekhbet, construido por Tutmosis IV y Amenhotep III. La única cámara fue al parecer una estación de la barca de Nekhbet cuando la estatua de la diosa era llevada a su valle desierto. Los relieves de las paredes del interior del templo siguen presentando mucho colorido, representan a Tutmosis IV y a su hijo Amenhotep III. El edificio fue restaurado en la antigüedad y aún se pueden ver los brillantes colores que presentan escenas de rituales y de la diosa buitre. En la fachada de la capilla hay un texto del príncipe Khaemuaset, hijo de Ramsés II, anunciando el jubileo de su padre en el año 42, así como graffitis de los viajeros de paso.
En diciembre de 2000 se anunció la noticia de que los arqueólogos belgas habían descubierto en El-Kab un pequeño cementerio en su mayoría intacto datado en la Dinastía II. Las 35 tumbas, pertenecientes sobre todo a niños, tienen estructuras circulares de piedra, de 18-20m de diámetro, a veces dispuestas alrededor de piedras naturales. Este tipo de tumba no se ha presentado anteriormente en Egipto y ha sido comparado con los túmulos del Neolítico en Europa. Aunque no hay pruebas de amortajamiento o momificación, la tumba mayor contenía fragmentos de un ataúd de cerámica. Se supone que el nuevo cementerio representa un "eslabón perdido" entre el cementerio del Predinástico tardío y el de la Dinastía Temprana que se encuentra dentro de las murallas de la ciudad de el-Kab y de una mastaba de la Dinastía III recientemente descubierta.
Durante el año 2003 un equipo de restauradores dirigido por Vivian Davies, del Museo Británico, comenzó a trabajar en la tumba de Sobeknakht, un gobernador de Nekheb durante la Dinastía XVII. El proceso de limpieza reveló una inscripción de un ataque desconocido a Egipto de la Reina de Kush y de sus aliados de Punt. El texto biográfico nos habla de la incursión cusita y posterior contraataque de los egipcios. Los egiptólogos consideran el texto como una de las inscripciones más significativas de la historia militar de la Dinastía XVII que se ha encontrado hasta la fecha. Las pruebas que corroboran estos hechos también han sido encontradas recientemente en Sudán, donde los arqueólogos descubrieron una embarcación que estuvo en la tumba de Sobeknakht.
También se han encontrado restos de aposentos prehistóricos que se remontaba al año 6000 a.C. aproximadamente. |