El oasis de París (o Baris) es uno de los oasis más bellos del Valle Nuevo localizado un unos 120 km al sur del oasis de Kharga. Esta zona corresponde al asentamiento Ptolemaico y Romano de Kysis. El sitio tuvo una importancia significativa en el mundo antiguo al tener el control de varias rutas caravaneras. Hay dos fortalezas romanas y dos templos. El monumento principal en este sitio es un templo dedicado al culto de Isis construido con bloques de piedra caliza durante el gobierno de Domiciano (81 - 96 d.C.) y ampliado por muchos de sus sucesores.
El puesto fronterizo más al sur del oasis de Kharga está marcado por una fortaleza romana conocida simplemente como el-Qasr (literalmente "la fortaleza"), una estructura de adobe de unos 30m por 20m. En la época romana había una pequeña guarnición de tropas.
Dush se encuentra a unos 15 km al noreste de el-Qasr, en un punto donde se reunen cinco antiguas pistas del desierto. Una de las pistas, el Darb el-Dush, se dirige por un barranco que atraviesa el desierto hacia los pueblos del valle del Nilo de Esna y Edfu, una importante vía muy utilizada durante la época romana. Cerca de Dush, en una colina, está el sitio de la antigua ciudad de Kysis, una de las más antiguas ruinas romanas del oasis de Kharga. Era una ciudad fronteriza al mando de una guarnición de tropas romanas que contiene una fortaleza de adobe (Qasr Dush) y dos templos.
El área alrededor de Dush tiene evidencias de ocupación datadas desde el Imperio Antiguo (posiblemente la Dinastía IV). En las laderas de la colina, han sido identificados asentamientos de los Períodos Persa y Ptolemaico junto con la primera fortaleza que encierra un área rectangular en la parte superior de la colina del mismo período. Pese al derrumbe de las paredes de adobe de la fortaleza romana todavía siguen en pie muros de 6 a 12m de altura en algunos lugares. Los romanos ampliaron la estructura Ptolemáica en este estratégico punto que domina la llanura del ancho desierto y la ciudad de Kysis. Dentro de las murallas el interior está densamente cubierto con estructuras de barracas y cámaras subterráneas con cuatro o cinco niveles.
En la parte este, contiguo a la fortaleza romana, se encuentran los restos de un templo de piedra arenisca, probablemente erigido por Domiciano, ampliado por Trajano y parcialmente condecorado por el emperador Adriano en los siglos I y II d.C.. El templo fue dedicado a Osiris, que los griegos transformaron en Serapis y también a la diosa Isis. Una puerta monumental de piedra frente al templo contiene una inscripción dedicada por Trajano en 116 d.C., así como graffitis de los viajeros del siglo XIX. Al norte se encuentra un gran patio con cinco columnas y un pilono en su extremo norte. La parte principal del templo mide aproximadamente 7,5 m por 15,5 m, y contiene una sala con cuatro columnas, una escalera hasta el tejado, una mesa de ofrendas en una cámara externa y el Santuario interior con techo abovedado. Dos largas cámaras también tenían techos abovedados. Se añadió más tarde un pronaos más alto al frente del edificio principal. Los tres emperadores romanos están representados en escenas talladas en las paredes del templo, que tenían fama de estar parcialmente forradas de oro.
En marzo de 1989, durante la excavación del complejo de almacenes en el lado oeste del templo, los arqueólogos franceses descubrieron una magnífica colección de objetos, ahora conocida como el "Tesoro de Dush" (Museo Egipcio de El Cairo). El primer descubrimiento fue de una estatuilla de Isis cubierta de lino, una figura de bronce de Horus vestido como un legionario romano, y una figura de bronce de Osiris. Cerca de allí había sido ocultada por la albañilería una jarra de cerámica con tapa que contenía un tesoro de magníficas joyas de oro y objetos religiosos de exvotos. Estos valiosos objetos fueron por seguridad reunidos y escondidos en la jarra durante los siglos IV y V d.C. El tesoro religioso es de artesanía de la más alta calidad e incluye una corona de oro que representa al dios romano Serapis, así como pulseras y colgantes de oro y piedras semipreciosas. Estos objetos han proporcionado a los investigadores una valiosa información acerca de la adoración romana en Egipto. En los patios del templo, han sido descubiertos muchos otros artefactos, como cerámica, monedas, y ostracas. Una gran colección de ostracas demóticos del Período Persa, escritos muchos de ellos en griego, que parecen estar fechados al comienzo de los siglos IV y V d.C. y consisten mayoritariamente en recibos y pagos por los suministros para el ejército romano, pero también incluye los nombres de los soldados y civiles. Los nombres son una mezcla de egipcio, griego y romano, pero también incluyen numerosos registros de nombres bíblicos hebreos, lo que evidencia que en este momento se practicaba el cristianismo en Dush.
Mientras que el templo principal estaba dentro de los muros de adobe de la fortaleza, un segundo templo más pequeño se encuentra en el lado occidental de la colina a unos 200 metros de distancia a través de un terreno cubierto de restos de cerámica esparcida. Poco se sabe del segundo templo, probablemente también es romano, construido enteramente de adobe, que cuenta con salas pequeñas y techos abovedados.
Los restos de la una vez floreciente ciudad de Kysis están dispersos en la ladera cerca de la fortaleza, junto con sus cementerios asociados en los lados norte y oeste. El cementerio romano consiste en tumbas sin decoración datadas desde finales del Período Ptolemaico en adelante. Es el más grande y va desde la base de la montaña casi hasta el borde del acantilado al sureste. El descubrimiento de un complejo sistema de tuberías de barro, canales de irrigación y una iglesia cristiana sugiere que la ciudad fue abandonada cuando sus pozos se secaron, poco después del siglo IV de nuestra era. |