LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN EGIPTO

TUMBA de UDJAHORRESNE en ABUSIR

A finales de los años setenta y comienzo de los ochenta la expedición checa dirigida por Miroslav Verner localizó un grupo de estructuras de forma cuadrada. Se identificaron cuando consultaban el mapa que realizó Lepsius y al realizar unas prospecciones geofísicas se constató la presencia de al menos seis estructuras cuadradas en un radio de ½ km2. Entre 1981 y 1984 se descubrió la parte interior de la superestructura de una tumba-pozo de época saíta-persa, identificada por Lepsius como la pirámide XXVII. La posterior excavación permitió conocer al propietario: Udjahorresne.
Este gran personaje fue comandante de la marina real, comandante de los mercenarios extranjeros en Egipto, supervisor de los escribes de la Gran Sala durante los reinados de Amasis I y Psammetico III y alto oficial estatal durante los reinados de los reyes persas Cambises y Dario I. Su tumba se inició durante el reinado de Amasis, se abandonó durante un tiempo y se finalizó en época persa, puesto que murió el 517 aC. Durante mucho tiempo se supuso que el emplazamiento de su entierramiento era en Sais, o en Persépolis.
La zona excavada está rodeada de un muro formado por bloques de piedra calcárea que delimita un área casi cuadrada de 26 m por 25,50 m. Las bocas de entrada estaban tapadas, pero en el interior quedaban restos de estructuras de adobe, arena y piedras. La altura de los muros que se conservan era de 2,50 metros con 2 metros de anchura. La construcción de estos muros no fue muy cuidadosa, puesto que se realizócon bloques de piedra calcárea blanca mal escuadrados que provienen principalmente de la pirámide de Neferefre. La parte interior de la superestructura debió de estar pavimentada, pero sólo han quedado parte de bloques al suroeste. En el centro del recinto está la boca de un pozo de 23 m de profundidad rodeado por cuatro pozos secundarios de forma oblonga (2-9) que están interconectados por un pasillo que atraviesa el pozo periférico y que rodea la cámara del sarcófago por todos lados, formando un cuadrado entre el pozo y el muro de valla. Los pozos son de profundidad variable, a pesar de que la máxima profundidad de los pozos laterales es de 20 m, y son más profundos que el pozo central. Los pozos norte, sur y oeste se comunican. Entre dos pozos al este hay una apertura que podría ser de ladrones y que los une con el pozo nordeste. Cuando el equipo checo los localizó estaban llenos de arena fina, de forma que, por el principio de los vasos comunicantes, la arena pasaba de un pozo al otro. El pozo sudeste tiene una apertura a 6 m, que indica que fue expoliado por los ladrones. Al este del pozo central hay una zanja (10) que recorre de norte a sur, rellena de capas de marga solidificadas en hojas puestas de canto, que se forman entre las rocas aglomeradas al desierto, adoptando un aspecto pareciendo al barro endurecido.
El pozo de acceso a la cámara funeraria está en el exterior del recinto cuadrado que forman los pozos oblongos, adyacente al este al recinto de la tumba. Tiene una planta cuadrada (2,50 x 2,50 m) y se encontraba lleno de arena. Esta apertura periférica tiene 17 metros de profundidad, unos metros más profundo que el pasillo horizontal que conduce hacia la cámara funeraria. Donde se cruza el pozo periférico exterior y el pasillo, el arquitecto diseñó un ingenioso sistema de seguridad para evitar que por el pasillo se llegara a la cámara del sarcófago. En mitad del corredor que queda exactamente bajo el pozo periférico este, el techo está destruido por los ladrones y bajo el pavimento hay un pozo. El propósito del pozo de 1,71 m en dirección este-oeste, 1,87 m en dirección norte-sur y con una profundidad de 6 m no está claro. Una de las hipótesis es que se usaba para asegurar que los ladrones no entraran por debajo o por seguridad de construcción. De hecho, los ladrones entraron por el pozo periférico e intentaron llegar a la cámara por debajo el pasillo principal. Pero después de extraer grandes cantidades de arena, volvieron a intentar entrar por el pozo central.
El pozo central tiene un diámetro interior de 5 m por 5 m, y presenta al norte y al sur dos recesos (1,40 m por 1 m) de 4 m de profundidad. Sobre los pozos central y periférico se observaba restos de una superestructura que, según Verner, podría ser una pirámide a la boca del pozo. Se encontró un bloque de piedra calcárea decorado con una gola egipcia (30,50 cm por 20,50 cm por 30,50 cm de altura) que podría indicar la presencia de un techo plano con cornisas cóncavas. Teniendo en cuenta los últimos datos, en opinión de Verner sería más un montículo de arena o de barro, imitando al "cerro primigenio", tal como sucede en los enterramientos de los toros Apis, en una semejanza al enterramiento de Osiris. En todo caso, nada parece apuntar hacia la idea de un pórtico con capilla, como es el caso de alguna tumba pozo de la zona de Saqqara.
Al fondo del pozo central, a 14 m, apareció el techo de la cámara funeraria con un agujero practicado por los ladrones. Este aposento, que mide 4,60 m de largo por 2,80 m de anchura, estaba construido con sillares de piedra calcárea blanca. La planta es oblonga, orientada este-oeste, y el techo de bóveda de cañón tiene tres agujeros tapados con la parte inferior de jarras de cerámica. Una vez cerrado el sarcófago se rompía la base de las jarras de cerámica situadas en el techo de la cámara del sarcófago, así la cámara del sarcófago y el pasillo se llenaban de arena desde arriba. A 15 metros de profundidad se pusieron los cimientos de los cuatro muros de la cámara funeraria, que se elevaban hasta el nacimiento de la bóveda.
La cámara funeraria está decorada con textos funerarios sin acabar, con inscripciones pintadas en negro. Al oeste están los nombres y títulos del difunto y de sus padres, junto con fórmulas de los Textos de las Pirámides. En el muro este la fórmula de las ofrendas y en los muros sur y norte los títulos del difunto y textos religiosos. Ocupando casi la totalidad del aposento se encuentra la caja del sarcófago rectangular de basalto con una línea de inscripciones a cada lado. El interior albergaba otro sarcófago de basalto antropomorfo. En los cuatro lados de la cámara funeraria hay pequeños pilares para permitir colocar la tapa del sarcófago. En los ejes de los cuatro muros hay unos pequeños nichos, quizás para poner los objetos mágicos como medida de protección.
Pero ¿estuvo enterrado en propietario? Verner planteaba al principio una serie de razones por las cuales creía que era un cenotafio:
1.- El sarcófago de basalto presentaba un agujero y, en el interior no había restos del cuerpo momificado del difunto. La momia no se podía extraer entera por el agujero que se había practicado, por lo cual Verner supuso que no había sido nunca enterrada.
2.- Las inscripciones de la cámara funeraria están inacabadas y, a diferencia de otras tumbas donde no está acabado el programa decorativo, tampoco se esculpieron los textos en relieve. .
3.- No hay vasos canopos, pero sí que están los nichos en las paredes norte, sur y oeste, lugares donde estarían guardados. La ausencia de los vasos, imprescindibles en la vida del más allá, lo llevó a creer que se encontrarían en la auténtica tumba. .
4.- El ajuar que se localizó era muy pobre, si consideramos la importancia del personaje. Creemos que este aspecto no se debe de tener en cuenta en vista que la mayoría de tumbas han sido saqueadas. .
5.- No hay superestructura de culto mortuorio. Verner argumenta que este hecho demuestra que no había habido un enterramiento aquí; el hecho de que no se hayan conservado vestigios de la parte superior no implica necesariamente que no lo hubiera habido en un primer momento. .
Pero, posteriormente, el mismo Verner desestimó esta idea y señaló que se trataba de la tumba real. Una de las razones es que otras tumbas, que pueden ser consideradas como cenotafio, no tienen el sarcófago tapado. Además, hay fragmentos de una mandíbula en la cámara funeraria que podía pertenecer a la momia, puesto que, contrariamente a lo que se pensaba, Bares afirma que sí que se podía extraer al difunto por el agujero realizado en el sarcófago interior.
Un último aspecto es el hecho de que los pozos periféricos oblongos no se han podido excavar y podría ser que comunicaran con otras cámaras donde podría haber más enterramientos.