LUGARES ARQUEOLÓGICOS EN EGIPTO

KURGUS

La fortaleza se encuentra a unos 50 m al este de la actual orilla del Nilo y a 1,2 km de Hagr el-Merwa y del cementerio KRG3. Hacia el norte y el este se eleva unos 5-6 m sobre los campos agrícolas. Junto al lienzo del muro sur (que actualmente se encuentra aproximadamente a la misma altura del suelo) hay un pequeño y moderno asentamiento conocido lacalmente como el-Kanisa (la propia fortaleza ha sido conocida como Kanisa Kurgus desde por lo menos la década de 1940)

La proximidad de la fortaleza al Hagar el-Merwa, famosa por sus inscripciones fronterizas faraónicas, llevó a una creencia sostenida desde hace mucho tiempo de que la fortaleza era una instalación fronteriza Egipcia del Reino Nuevo. Esta creencia permaneció sin cambio hasta una nueva investigación del sitio. Un estudio inicial de la cerámica superficial reveló una vasta extensión de cascotes medievales sin rastro de material anterior. Una trinchera posterior de 8 x 3 m junto a la pared interior oriental reveló la presencia de material exclusivamente medieval dentro de la fortaleza y del Post-Meroítico debajo del muro.

Hagar el-Merwa es un afloramiento de cuarzo blanco que domina la orilla derecha del Nilo 40 km aguas arriba de la curva del Nilo en Abu Hamed. Talladas y pintadas en el Hagar hay muchas inscripciones del Reino Nuevo egipcio incluyendo dos estelas frontera de los faraones, Tutmosis I y de su nieto, Tutmosis III indicando el límite meridional del antiguo imperio egipcio en el Nilo.

La fortaleza, que data de la época medieval, mide aproximadamente 72m cuadrados y dispone de muros macizos de 5m de espesor desde los que se proyectan torres en los ángulos y a medio camino a lo largo de los lienzos laterales. Las recientes excavaciones se han centrado en la torre del ángulo del noroeste que revela diversas fases constructivas mientras fue ampliada y remodelada la torre. Los restos están bien conservados con el muro oeste que mantiene una altura de más de 1 m sobre la puerta arqueada que fue bloqueada posteriormente.

En el interior de la fortaleza se aprecian restos de los edificios considerablemente destruidos por los pozos de los ladrones excavados para llevarse los ladrillos de adobe que servían de fertilizante para los campos agrícolas locales.

Los sondeos de evaluación en la fortaleza también identificaron la presencia de estructuras en su interior. Esto contrasta con otras fortificaciones medievales del Nilo Medio, muchas de las cuales se consideran carentes de construcciones internas. Sin embargo, no sabemos si se trata de una característica genuina de este tipo de estructuras o es el resultado de la falta de excavación.

En el cementerio, que cubre un área aproximada de de extensión, las excavaciones han revelado una larga historia de uso. En la superficie más antigua del suelo fue descubierto un gran número de tumbas ovaladas superficiales, una de las cuales contenía una inhumación agazapada con el cuerpo envuelto en una piel de cuero rojo ocre. Este estilo de enterramiento es un paralelo a encontrado en las tumbas de Kerma y en otras partes del Valle del Nilo. El descubrimiento de un gran fragmento de cerámica de Kerma en el cementerio sugiere que puede haber sido utilizado en ese momento.

Las tumbas monumentales eran túmulos circulares de piedra con una acumulación de material de hasta medio metro, datados en la época post-meroítica. Los últimos enterramientos fueron de los cristianos enterrados bajo típicas tumbas de piedra.